Me dijiste mil cosas en las que creí como tonta, sin pensar que detrás de esas palabras escondías la inmadurez de un niño, del que me acabé enamorando.
¿Cómo fue? Me pregunto cada noche en la que me acuesto pensando en ti, sin saber que nunca besaré tus labio, que nunca te enamorarás de mi... Con esperanza, tiempo y orgullo intenté tenerte, pensando que esas tres palabras hacían imposible mi existencia, y de nuevo con esperanza, tiempo y orgullo intentaré olvidarte, sabiendo que hiciste de mi una vulnerable la cual tendrá razones para odiarte.
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